Según un informe de United Daily News, el año pasado se reportaron catorce casos de asesinatos por cuidado, el segundo número más alto en los últimos seis años, pero el número de víctimas mortales alcanzó la cifra récord de veinticuatro. Sin embargo, detrás de los titulares sensacionalistas de estos casos de asesinatos por cuidado, existe una compleja problemática que se relaciona con el “drama trágico del cuidado de larga duración” de la sociedad moderna.
Este problema abarca desde el cuidado de ancianos hasta el cuidado de personas con discapacidad, desde la transformación de los cuidadores en cuidados hasta el hecho de que los ancianos se conviertan en “asesinos” o incluso se quiten la vida, desde el final de la vida hasta la liberación emocional de una situación desesperada. Se requiere una comprensión holística y multidimensional de estos eventos relacionados con el cuidado a largo plazo para abordar adecuadamente la situación.
Este enfoque debe considerar no solo la carga física y mental que recae en los cuidadores, sino también las heridas emocionales que pueden experimentar, así como los efectos del cansancio a largo plazo de cuidar a alguien. También es necesario abordar la falta de apoyo y recursos para los cuidadores, que pueden llevarlos a un punto de ruptura emocional y mental.
Además, debemos tener en cuenta la perspectiva de las personas que necesitan cuidados. Muchos de ellos pueden sentirse atrapados en su situación y pueden experimentar sentimientos de culpa y remordimiento por ser una carga para sus seres queridos. Esto, combinado con el deterioro físico y mental, puede llevar a situaciones desesperadas y, en algunos casos, a una reacción violenta.
No podemos simplemente culpar a los cuidadores o a las personas que necesitan cuidados por estos trágicos eventos. En cambio, debemos examinar las causas subyacentes y abordar los problemas estructurales y sociales que contribuyen a la situación. Esto incluye abordar la falta de recursos y apoyo para el cuidado a largo plazo en la sociedad, así como la necesidad de un mayor entendimiento y empatía hacia aquellos que necesitan cuidados y aquellos que los brindan.
En lugar de centrarnos en los titulares sensacionalistas, debemos comenzar a tener una conversación más amplia y comprensiva sobre el cuidado a largo plazo y cómo podemos apoyar mejor tanto a los cuidadores como a aquellos que necesitan cuidados. Solo a través de un enfoque compasivo y holístico podremos abordar eficazmente este “drama trágico del cuidado de larga duración” y trabajar hacia soluciones sostenibles para todas las partes involucradas.
