Una mujer en el extranjero compartió la historia de su gata, que era la más pequeña de una camada de gatitos, pero que con el tiempo se convirtió en una “gata gorda criada por la abuela”, con el doble del tamaño de un gato normal.
Cuando esta mujer adoptó a su gata, era la más pequeña de todos sus hermanos. La llamó “Nuez”, por su tamaño diminuto. Sin embargo, con el paso del tiempo, Nuez comenzó a crecer y crecer sin parar. Al principio, la dueña pensó que era normal, ya que todos los gatos crecen rápido en sus primeros meses de vida. Pero pronto se dio cuenta de que Nuez estaba creciendo a un ritmo alarmante.
Se dio cuenta de que Nuez estaba comiendo mucho más que sus hermanos. Intentó controlar su dieta, pero Nuez era una gata muy astuta y siempre encontraba la manera de conseguir más comida. La dueña se sentía culpable por haberla malcriado, pero no podía resistirse a sus ojitos suplicantes.
Con el tiempo, Nuez se convirtió en una gata enorme, con un cuerpo redondito y mullido. A pesar de su tamaño, seguía siendo la más juguetona y cariñosa de todos los gatos de la casa. Pero la dueña sabía que su peso era un problema de salud y decidió tomar medidas.
Empezó a controlar la dieta de Nuez más estrictamente y a hacerla hacer más ejercicio. Al principio, Nuez no estaba muy contenta con esta nueva rutina, pero poco a poco se acostumbró y comenzó a disfrutar de su nueva vida más activa. Además, la dueña también cambió su alimentación, asegurándose de que recibiera todos los nutrientes necesarios, pero en cantidades adecuadas.
Con el tiempo, Nuez comenzó a perder peso y a ponerse en forma. La dueña estaba muy orgullosa de su gata, que ahora era más saludable y feliz. Y aunque todavía era grande en comparación con otros gatos, ya no era la “gata gorda” que solía ser.
Esta historia de Nuez nos enseña que, al igual que los seres humanos, los animales también pueden desarrollar problemas de salud si no tienen una dieta y ejercicio adecuados. Pero también nos muestra que siempre es posible cambiar y mejorar, y que con amor y esfuerzo, podemos ayudar a nuestros amigos peludos a vivir una vida más saludable y feliz.
Así que, si tienes una mascota, asegúrate de cuidar su alimentación y de hacer que haga suficiente ejercicio. Ellos dependen de nosotros para su bienestar, y es nuestro deber asegurarnos de que tengan una vida feliz y sana. ¡Tu mascota te lo agradecerá!
