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沒飯了!餵食器壞掉貓皇「仰天長嘯」 飆演技大叫討飯

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Este año, la gata de ocho años, “Polly”, es una amante de la comida. Su rutina diaria más importante es ir al comedero automático para comer. Pero un día, el alimento no apareció a tiempo y Polly, pensando que se había quedado sin comida, activó inmediatamente su modo de mendigar, gritando en voz alta “¡Está roto, no hay comida!”.

Polly es una gata muy mimada y siempre ha tenido su comida a tiempo, por lo que este pequeño retraso la puso en pánico. Pero su dueña, María, estaba ocupada en el trabajo y no pudo llegar a casa a tiempo para rellenar el comedero. Cuando finalmente llegó a casa, se encontró con una Polly hambrienta y enojada.

María se disculpó con su gata y le explicó que había tenido un día muy ocupado y no pudo llegar a tiempo para alimentarla. Pero Polly no estaba dispuesta a escuchar excusas, ella solo quería su comida. María rápidamente llenó el comedero y Polly se lanzó sobre él, devorando su comida con ansias.

A partir de ese día, María se aseguró de que nunca más se quedara sin comida para Polly. Pero para sorpresa de María, Polly había aprendido una lección importante. Ya no dependía tanto del comedero automático y ahora sabía que podía pedir comida a su dueña si era necesario.

Polly se había vuelto más independiente y María estaba orgullosa de ella. Aunque todavía era una gata mimada, ahora también era una gata inteligente y astuta. Y a partir de ese día, Polly ya no se quejaba si el comedero se retrasaba un poco, sabía que su dueña siempre estaría allí para alimentarla.

Esta pequeña experiencia enseñó a Polly y a María una lección valiosa. Polly aprendió a ser más paciente y a no depender tanto de la comida automática, mientras que María aprendió a ser más organizada y a no dejar que su trabajo la distraiga de sus responsabilidades como dueña de una mascota.

Ahora, Polly y María tienen una relación más fuerte y más equilibrada. Polly sigue siendo una gata mimada, pero también es una gata inteligente y feliz. Y María siempre se asegura de que su pequeña amiga peluda tenga todo lo que necesita para ser feliz y saludable.

En resumen, la historia de Polly nos enseña que incluso los pequeños contratiempos pueden ser oportunidades para aprender y crecer. Y que una relación entre un dueño y su mascota es una relación de amor y cuidado mutuo.

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