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王順民 | 情愛與責任:臺灣低生育率背後的文化性思考

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En estos tiempos de constante cambio, la tasa de natalidad en Taiwán refleja como un espejo los profundos cambios culturales y de valores en la sociedad. Según las últimas estadísticas, la tasa de fertilidad total de Taiwán ha alcanzado su nivel más bajo en 2022 con un 0.87, solo ligeramente más alta que la de Corea del Sur con un 0.72, convirtiéndose en el segundo país con la tasa de natalidad más baja del mundo. Este fenómeno no es solo una fría estadística, sino también un resultado esperado de múltiples factores como el estilo de vida, la concepción de la familia y la estructura social.

Es cierto que la mentalidad de “casarse primero y tener hijos después” sigue siendo un modelo tradicional arraigado en la sociedad taiwanesa. Sin embargo, en los últimos años, se ha observado un cambio en esta mentalidad. Cada vez más parejas optan por posponer el matrimonio y la maternidad/paternidad en busca de una estabilidad económica y profesional. Además, la creciente presión de la sociedad y la familia para tener un hijo varón también ha contribuido a la disminución de la tasa de natalidad.

Otro factor clave es el aumento de la participación femenina en la fuerza laboral. A medida que las mujeres se vuelven más independientes y buscan una carrera profesional, el tener hijos se convierte en una decisión más difícil. La falta de políticas de conciliación laboral y familiar también juega un papel importante en esta tendencia.

Sin embargo, no todo son malas noticias. A pesar de la disminución de la tasa de natalidad, Taiwán sigue siendo uno de los países con la esperanza de vida más alta del mundo. Además, el gobierno ha implementado medidas para fomentar la natalidad, como la extensión del permiso de maternidad y paternidad y la introducción de políticas de cuidado infantil.

Es importante que como sociedad, cambiemos nuestra mentalidad y valoremos la importancia de tener hijos y formar una familia. La tasa de natalidad no solo afecta a la economía, sino también a la estructura social y al bienestar de la sociedad en general. Debemos trabajar juntos para crear un entorno favorable para la crianza de los hijos y apoyar a las parejas jóvenes en su decisión de tener hijos.

En conclusión, la disminución de la tasa de natalidad en Taiwán es un reflejo de los cambios en la sociedad y la cultura. Sin embargo, con políticas adecuadas y un cambio de mentalidad, podemos revertir esta tendencia y promover una sociedad más próspera y equilibrada. Recordemos que los hijos son el futuro de nuestro país y debemos trabajar juntos para asegurar un futuro brillante para todos.

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